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Las especies vegetales invasoras en la cuenca del Guadalquivir

La invasión de plantas exóticas son un importante componente del cambio global y una amenaza para la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas naturales, ya que pueden competir con las especies nativas, modificar la dinámica de las comunidades, alterar los hábitats y cambiar el régimen de perturbaciones.

Además, su impacto no se restringe al medioambiente sino que también tiene fuertes repercusiones sobre la economía, la sociedad y la salud pública. En la cuenca del Guadalquivir, éstas son las principales amenazas: 

 

Caña

 

Esta planta puede llegar a medir hasta 5 metros de altura. Sus tallos duros y huecos tienen unas raíces bastante fuertes, que penetran en el suelo hasta una gran profundidad. Las cañas copan lugares encharcados y proliferan en las riberas de ríos y canales. Esta planta puede modificar el cauce de los ríos y aumenta el riesgo de incendios, por lo que es conveniente cortar su proyección. Además, la vegetación de ribera se ve desplazada por su presencia, y las aves huyen de las zonas con cañaverales, al no ser idóneos para su desarrollo.

 

Helecho de agua

Es un helecho muy pequeño, del tamaño aproximado de una moneda de 10 céntimos, con muchas raíces. Puede llegar a tapizar la lámina de agua y colorearla con tonos verdosos, rojizos o negros, según su estado. El helecho de agua deteriora la calidad de las aguas, disminuyendo la concentración de oxígeno, y puede desplazar a la flora acuática.

 

Elodea

 

Esta planta acuática de largas ramas, empleada en acuariofilia, invade orillas de embalses, lagos y ríos. La elodea dificulta la actividad pesquera, desplaza a la flora autóctona, puede taponar estructuras hidráulicas y reduce la cantidad de oxígeno en el agua.

 

Elodea