Balance de la cuenca del Guadalquivir Año hidrológico 2017-2018

Los embalses se encuentran al 52 por ciento de su capacidad, con 4.221 hectómetros cúbicos de agua almacenada y acumulan un 4 por ciento más de agua respecto a la media histórica. El Comité Permanente de la Comisión de Desembalse ha acordado ampliar la campaña de riego hasta el 15 de octubre para las comunidades que no hayan agotado las dotaciones.

  • Los embalses se encuentran al 52 por ciento de su capacidad, con 4.221 hectómetros cúbicos de agua almacenada y acumulan un 4 por ciento más de agua respecto a la media histórica.
  • El Comité Permanente de la Comisión de Desembalse ha acordado ampliar la campaña de riego hasta el 15 de octubre para las comunidades que no hayan agotado las dotaciones.

 

1 de octubre de 2018.- El año hidrológico 2017-2018 ha sido más lluvioso de lo normal, rompiéndose así la tendencia de los últimos cuatro años en los que las precipitaciones en la cuenca del Guadalquivir habían sido inferiores a su media histórica. La precipitación media en los embalses de la cuenca ha sido 706 litros por metro cuadrado, un 21 por ciento superior a la media de los veinticinco años anteriores (que se sitúa en 584 litros por metro cuadrado). Si se compara el año hidrológico que acaba de finalizar con el anterior (2016-2017), las precipitaciones medidas en los embalses de la cuenca han sido un 41 por ciento superior.

 

Aunque los primeros meses del año hidrológico (desde octubre hasta febrero) fueron muy secos, el mes de marzo fue excepcionalmente lluvioso, registrándose 300 litros por metro cuadrado de pluviometría media en la cuenca, lo que supone un máximo para este mes en la serie histórica de los últimos cuarenta años.

 

La distribución espacial de las precipitaciones ha sido relativamente homogénea y, en general, en todas las provincias de la cuenca ha llovido más que la media, registrándose los valores más altos (por encima de 1.100 litros por metro cuadrado) en la cabecera del río Guadalquivir (embalses de El Tranco de Beas y Aguascebas) y sur de la provincia de Jaén (embalse del Quiebrajano).

 

En cuanto a episodios de inundaciones o afecciones por avenidas extraordinarias, las únicas de cierta magnitud y extensión registradas durante el año 2017-2018 tuvieron lugar durante el mes de marzo debido a las abundantes e intensas lluvias de ese mes y se localizaron principalmente en la cuenca del río Genil. También se han registrado algunos episodios de inundaciones muy localizadas espacial y temporalmente, originadas principalmente por fenómenos tormentosos, que han afectado a diversas poblaciones, siendo las más relevantes las sufridas por Guadix, Beas de Segura y Riofrío.

 

Los embalses de la cuenca hidrográfica del Guadalquivir han terminado el año hidrológico al 52,0 por ciento de su capacidad, con más de 4.221 hectómetros cúbicos de agua almacenada. La reserva de agua embalsada respecto al final del año hidrológico 2016-2017 ha aumentado en 1.589 hectómetros cúbicos, lo que supone un aumento del 19,6 por ciento respecto a la capacidad de embalse. La situación general en la cuenca es de normalidad de cara a garantizar la atención de las demandas de agua para el abastecimiento urbano y el riego a medio plazo. De hecho, los embalses acumulan un 4% más de agua respecto a la media de los últimos 25 años en esta misma fecha.

 

 

CAMPAÑA DE RIEGO 2018

 

La campaña de riego se ha desarrollado con total normalidad, cumpliéndose los acuerdos que se habían aprobado en la Comisión de Desembalse celebrada el pasado 4 de mayo.  Desde el 1 de mayo hasta el 30 de septiembre se han desembalsado del Sistema de Regulación General 1.001 hm3, volumen sensiblemente inferior al máximo autorizado en la Comisión de Desembalse (1.100 hm3).

 

Debido a la ausencia de precipitaciones significativas durante el mes de septiembre y dado que continúan las necesidades de riego, el Comité Permanente de la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha acordado ampliar la campaña de riego hasta el 15 de octubre para aquellas comunidades de regantes que no hayan consumido las dotaciones aprobadas, siempre que técnicamente sea posible por la cercanía de las zonas regables a los correspondientes embalses.